19 septiembre, 2010

Lo último que me queda es sonreír

Era obvio, todos lo veían. No me querías, te reías de mí, me hacías creer que podíamos ser algo. En el fondo yo sabía que no me amabas, que no sentías nada. Supongo que veías en mí diversión como una atracción de feria. Te tengo que llamar patético. Llamarme niña y egoísta cuando tú eras el que me dejaba hablando sola y con las manos vacías... Es patético, vuelvo a repetir. ¿Que ahora no sientes nada? Ya lo sentirás cuando me veas con otro. Cuando no puedas jugar conmigo, hacer trampas en nuestro juego. Te arrepentirás, vendrás y me llorarás. Pedirás perdón, suplicarás, me dirás todo lo que sientes... pero ni te molestes, será demasiado tarde. Tuviste miles de oportunidades que te dí, me arrastré, sufrí más que nadie. ¿Para qué? Para que desaprovecharas todas las ocasiones. Lo último que me queda es sonreír, porque eso no me lo quita nadie. Me merezco mejores cosas, gracias por demostrármelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario