28 febrero, 2011

Mi fuente de energía inagotable

No puedo mentir. No quiero.
No quiero decir que no piense en tí. En tus besos.
En aquel sitio, en nuestro sitio.
Cuando podíamos creer que nada pasaría, que éramos inmunes, fuertes. Que éramos capaces de huir del mundo; que yo era el tuyo.
Cuando creíamos que el Universo nos envidiaba.
Qué gracia. Pensaba que nuestra historia era infinita, como aquel brillo de luz ambarina que proyectaban aquellos ojos, aquel rostro hecho para amar.
Me dabas todo lo que necesitaba, mi fuente de energía inagotable, aquel fulgor de ternura.
No tengo palabras apenas con las que expresarme, decirte que con un suspiro pierdo un halo de energía inalcanzable. Aquel que me dabas tú, aquel que ya no tengo.

02 febrero, 2011

Recuerdos

Grita, grítale al mundo y dile, dile que te enamoraste, que lo diste todo y que perdiste. Que lo peor no fueron las discusiones, los llantos después de desilusiones y de sueños rotos o de romper simplemente, por lo sano... que lo peor es quedarte con los recuerdos sabiendo que no le tendrás más allá de un absurdo 'hasta siempre'. Duele que cada mañana te despiertes y no lo veas, que no esten los zapatos tirados como de costumbre, o que me quede con las ganas de robarte el último mordisco de la galleta al desayunar, que no tenga a quién decirle por las noches que me abrace cuando tenga frío o que llegue a casa y nadie esté. Que cada tarde que pase no sepa que hacer, porque siempre eras tú el emprendedor, el que me hacía tener ilusiones. Que la ilusión más grande que tenía era formar un vínculo entre nosotros, casi tan fuerte como esos besos que me regalabas cada noche antes de irnos a dormir y después de las tantas de películas que veíamos. Me encantaba que me recorrieras el cuello con aquellos labios, que aquella sonrisa me enamoraba, que decirte... que me encantabas tú. Pero siempre serán eso, recuerdos.