11 junio, 2011

Carta a...

Hoy, he decidido después de tanto tiempo, revelarte todo lo que siento... 
y es que... sólo quería recordar a qué sabes cuando estás dormido, imaginar como serías si te viera. Rememorar, bajo tus sábanas, el olor a canela de tu piel azúcar moreno. Conseguir volver a soñar juntos, que estamos en el cielo; mientras tus pestañas acarician suavemente mis costillas.
Quisiera revivir, brevemente, el día que nos conocimos. Cuando las miradas se apoderaron del momento y las efímeras palabras, tan intensas, que podría decirse que fueron estrellas fugaces. Adrenalina pura surgía y florecía sincronizadamente en nuestros poros, mientras te sentía mío.
Me hacías creer que era una princesa en el castillo de tu pecho, con el príncipe en tus ojos chispeantes.
Podías traerme la primavera en invierno, mientras sacabas toda la ilusión acumulada durante el año bajo aquellos espesos gorros de lana.
Te hacías llamar "Superman" (mientras yo me reía) porque atravesabas medio Mundo y salvabas centenares de vidas, y aún así, te quedaba tiempo para darme el último adiós en cada puerto en el que debías zarpar. Nunca te olvidabas de desearme todo lo mejor, decirme que me cuidara.
Hoy, como tantas veces, estoy aquí. Pero es diferente: hace diez años que no estamos juntos. Hace una década que me faltas. Diste la vida por aquellas personas, cubriéndolas valientemente en un desafortunado tiroteo.
Sólo queda decir, que hoy no te traigo llantos, ni siquiera lamentos. Hoy te traigo junto a esta carta, todo mi amor que no he podido darte durante tanto tiempo y las infinitas gracias de la gente a quiénes salvaste.
Gracias, soldado.