Gente, he de decir que estos días no se publicarán entradas ya que estoy liada con un concurso. La próxima semana publicaré millones de cosas. Paciencia.
Gracias (:
28 septiembre, 2010
26 septiembre, 2010
Dime a dónde ir, que te seguiré siempre
¿Cuánto hace que nos conocemos?, ¿Meses? No sé lo que tienes, lo que eres. No sé por qué eres tan especial, esencial para mí. ¿Cómo puedes ser tan... tan... perfecto? Claro, perfecto. Pero a tu manera, a nuestra manera. Tienes tus cosas, yo también las tengo. Por eso chocamos, discutimos, nos decimos de todo, despreciamos todo lo que hemos conseguido hasta ahora y olvidamos todo lo que una vez dejamos atrás. Pero siempre hay algo que nos hace volver a estar a gusto y juntos. No sé si es destino, no creo en eso. Sin embargo, por mucho que nos sulfuremos, nos enfurruñemos acabamos tarde o temprano resolviendo nuestras diferencias. Sin darnos cuenta ya tenemos nuestra historia. Cómo nos conocimos, cómo fue aquella primera mirada, aquel primer beso y todos los demás, las caricias, los abrazos, las emociones a flor de piel, los olores... No quiero volver a estar mal, hacernos daño sin necesidad. Nos queremos, eso es lo único que interesa. Sólo importa el otro, no uno mismo, siempre ha sido así. ¿Sabes? Te amo.
24 septiembre, 2010
La chica del banco
Sí, es ella. Aquella chica del banco. Dicen que es especial y que su sonrisa también. Todas las mañanas se sienta y escucha música, alejada de todo aquello que le rodea. Sé que le encanta. Me han contado que también le gusta saltar en los charcos descalza cuando llueve, como cuando era pequeña. Una de las cosas que más le gusta es recordar todas las risas que de pequeña disfrutó. Volvería a la infancia una y mil veces. Le encanta romper los silencios con frases absurdas en clase, quebrar ese hielo, reírse de lo que ella misma dice. Poner el despertador diez minutos antes de levantarse para quedarse acurrucada entre las sábanas, saboreando el placer de estar en la cama despierta es una de las cosas más placenteras que hace. Sé que también le gusta acariciar a su hermano pequeño mientras él duerme, porque le parece el momento más tierno para hacerlo. Le entusiasma ir a casa de su abuela cada pocos días y contarle todos sus secretos, sabe que ella jamás los revelará. Confía más en su abuela que en ella misma. Enloquece cada mañana en ver a sus incondicionables amigas, saber que puede abrazarlas y confiarles lo que sea... no tiene precio. Los fines de semana nada más levantarse le chifla ponerse a leer, son manías que tiene, como las personas mayores. Puede estar horas acostada en la cama, perdiendo la noción del tiempo y leyendo hasta enloquecer. La colonia de bebés y el césped recién cortado son sus olores favoritos. Es más, cada noche, antes de dormirse pone un poco de perfume en la almohada para poder conciliar el sueño con un olor dulce, para soñar cosas tiernas. Ir a la playa y dejar que la marea suba y le entierre los pies, le maravilla. Cuando puede, va a la costa y escucha el rumor de las olas e intenta oir lo que le dicen. Es una empedernida de los momentos tiernos de la vida, le encantan las películas románticas norteamericanas y que le hagan callar con un beso. Es una soñadora, sin duda. Lo mejor de todo esto, ¿sabes qué es? Que soy yo la chica del banco.
Me quieres, a veces
Me quieres, a veces, pero lo haces. Sé que me quieres, lo sé. Si no, responde: ¿Por qué sigues preguntando por mí? Sé que sin preguntártelo, no responderás, bajarás la vista y no podré saber qué dicen tus ojos al respecto. Sé que lo harás, porque te conozco y siempre lo haces cada vez que no sabes qué decir. No eres valiente, nunca lo has sido. Siempre has sido cobarde, desde que te conocí... lo supe. Aun así te quise y te acepté. Quise devolverte la inseguridad que algún día habías perdido, quizás por eso "te controlé". Me arrepiento. Si te quise y te acepté como eras... ¿Por qué te quise cambiar? Los dos sabemos que es dificíl que esto llegue a buen puerto. Lo mejor es olvidar. Sólo quiero que te quedes con una cosa: Te quiero.
22 septiembre, 2010
Olivia
Olivia tiene miedo. Sí, tiene miedo al mundo. Está atemorizada por lo que le puede deparar la vida. Tiene pavor a la sociedad, a las burlas, a los cuchicheos, a no llegar a ser nada. De no ser médico como dijo de pequeña que sería. Le encantaría volver a la infancia, a poder despreocuparse de las cosas y ser ella misma; sin tener que desempeñar un personaje que ella misma ha creado para protegerse. Ése es su escudo y su armadura. Gracias a esa defensa ha podido establecer el mejor ataque. Ha podido colarse en la sociedad sin problemas pero sin victorias ya que no tiene a nadie. Oli, como le dice su madre, tiene ya catorce años recién cumplidos. Ya es mayorcita y se da cuenta de las cosas. Ella quiere cambiar, volver a ser aquella chica despreocupada, loca, atrevida, extrovertida, ser sencillamente feliz. Obviamente, Olivia no está satisfecha ni con su vida, ni con su carácter, ni mucho menos con los complejos que tiene. Quiere deshacerse de ellos lo antes posible.
Este año empezará el instituto de educación secundaria en California. Recuerda el día en que le pidió a los padres que le cambiara de instituto, que lo necesitaba. Después de un largo periodo de meditación por parte de los progenitores, cedieron. Olivia saltó, corrió de alegría. Sabía que sería un gran cambio y que sobre todo, lo necesitaba. Sabe que tiene que evolucionar, ser feliz y poder decir que tiene amigos de esos que dicen ser de verdad. Tiene pensado ponerse monísima para el primer día, quiere gustar. No quiere volver a ser la misma Olivia de antes, quiere ser simplemente Olivia. La Olivia que era antes de crecer y darse cuenta de que el mundo tiene más obstáculos que granos de arena en la playa. Sin coraza, ni defensas, ni ataques y mucho menos miedo. Sabe que siendo ella estará contenta como nunca, sin inseguridades. Será una gran oportunidad, no quiere desaprovecharla. Ahora, sin desconfianza por su parte hacia ella misma podrá hacer lo que se proponga. Ser médico, como dijo de pequeña, su gran sueño de la infancia.
Este año empezará el instituto de educación secundaria en California. Recuerda el día en que le pidió a los padres que le cambiara de instituto, que lo necesitaba. Después de un largo periodo de meditación por parte de los progenitores, cedieron. Olivia saltó, corrió de alegría. Sabía que sería un gran cambio y que sobre todo, lo necesitaba. Sabe que tiene que evolucionar, ser feliz y poder decir que tiene amigos de esos que dicen ser de verdad. Tiene pensado ponerse monísima para el primer día, quiere gustar. No quiere volver a ser la misma Olivia de antes, quiere ser simplemente Olivia. La Olivia que era antes de crecer y darse cuenta de que el mundo tiene más obstáculos que granos de arena en la playa. Sin coraza, ni defensas, ni ataques y mucho menos miedo. Sabe que siendo ella estará contenta como nunca, sin inseguridades. Será una gran oportunidad, no quiere desaprovecharla. Ahora, sin desconfianza por su parte hacia ella misma podrá hacer lo que se proponga. Ser médico, como dijo de pequeña, su gran sueño de la infancia.
19 septiembre, 2010
Lo último que me queda es sonreír
Era obvio, todos lo veían. No me querías, te reías de mí, me hacías creer que podíamos ser algo. En el fondo yo sabía que no me amabas, que no sentías nada. Supongo que veías en mí diversión como una atracción de feria. Te tengo que llamar patético. Llamarme niña y egoísta cuando tú eras el que me dejaba hablando sola y con las manos vacías... Es patético, vuelvo a repetir. ¿Que ahora no sientes nada? Ya lo sentirás cuando me veas con otro. Cuando no puedas jugar conmigo, hacer trampas en nuestro juego. Te arrepentirás, vendrás y me llorarás. Pedirás perdón, suplicarás, me dirás todo lo que sientes... pero ni te molestes, será demasiado tarde. Tuviste miles de oportunidades que te dí, me arrastré, sufrí más que nadie. ¿Para qué? Para que desaprovecharas todas las ocasiones. Lo último que me queda es sonreír, porque eso no me lo quita nadie. Me merezco mejores cosas, gracias por demostrármelo.
17 septiembre, 2010
En este caso no eres tú
Hazme feliz por una vez. Deja de darme problemas, de disgustos. Haz que pare de llorar, que te deje atrás. Que no mire al pasado porque lo importante es el futuro, sin tí. Solo haces que llore y que mi estado emocional sea un sube y baja de emociones. Haces que me sienta culpable de las cosas que pasan y te vas. Me dejas sola con los problemas, sin nadie que me resguarde. ¿De que te sirve? Si después vuelves pidiendo perdón, diciendo que me quieres y que no puedes vivir sin mí. Todo tiene un fin y yo quiero ponérselo a esta relación. Inmadura no, al contrario. Gracias por hacerme recapacitar que necesito a alguien que me quiera, me valore y me merezca.
Con esta entrada quiero concienciar a todo el mundo el tema del maltrato. He intentado hacer una pequeña entrada sobre esto. Pequeña entrada porque podría decir muchas cosas, la mayoría barbaridades. Pero no creo que sea el momento. Sólo que a veces reflexionemos por temas como éste.
Con esta entrada quiero concienciar a todo el mundo el tema del maltrato. He intentado hacer una pequeña entrada sobre esto. Pequeña entrada porque podría decir muchas cosas, la mayoría barbaridades. Pero no creo que sea el momento. Sólo que a veces reflexionemos por temas como éste.
Todo esto puede ser infinito si queremos, pero puede acabar sin todavía empezar
Sé que no existe la perfección. Pero a veces sí... cuando te enamoras. Lo ves perfecto ante tus ojos, ideal ante los demás. Único como nadie, especial como pocos. Lo quieres tanto que no sabes como explicárselo, cómo decirle que quieres seguir estando a su lado, día tras día. Ver como pasan los años y tenerlo a tu lado, siempre. Te encantaría que te dijera que estás guapa incluso estando en pijama y sin peinar, que te trajera el desayuno a la cama, que te llevara a sitios aún sin descubrir. Bailar, cantar, fundir los labios bajo la lluvia. Escribir vuestros nombres en la arena, en lugares insospechados. Sentaros en un banco abrazados viendo la gente pasar, ver que cada persona es un mundo. Sí, entiendo todos tus sentimientos. ¿Sabes quién o qué es mi mundo? Él. Ojalá me hiciera volar y así llevarle por todos los continentos, todos los países, todos los sitios jamás recorridos por el hombre. Experimentar la vista de un águila desde la alturas sólo soñando. Sólo con él.
16 septiembre, 2010
"...Pero hazme tuya."
¿Cómo puede ser que para mí seas tan importante y yo para tí sea una chica más, ignorante ante tus ojos?, ¿Cómo puedo pensar que alguna vez pueda haber un cruce de miradas delatadoras del amor que quiero que sientas hacia mí?, ¿Cómo puede ser que piense que algún día seas mío, si para tí ella es todo? Perdona que te diga, pero para mí tú sí que eres todo. A veces, río al pensar que me querrás. Ilusionarme con la idea de estar entre tus brazos hace exsaltar mi corazón de felicidad. Quiero recorrer tu cuerpo con la yema de mis dedos, transitar los escondrijos más remotos de tu anatomía. Hacernos uno, crispar las llamas de la pasión. Quiéreme, ámame... haz lo que quieras conmigo. Pero hazme tuya, sólo tuya. Hazme sentir que no me he equivocado contigo queriéndote. Haz que pueda gritarle a los cuatro vientos que eres mío, que por fin me amas. Ilusionarme, amarte sin límites, olvidándote a momentos. Tú, sólo tú. La persona más importante de mi vida.
14 septiembre, 2010
El primer amor
Recuerdo aquel primer día de clase. No quedaban sitios libres, excepto en primera fila al lado de un niño. Desde que me senté me preguntaste cómo me llamaba y cuántos años tenía. Los dos éramos nuevos y obviamente estábamos perdidos. No sabíamos con quién ir, con quién jugar en los recreos y siempre nos quedábamos juntos, hablando de dibujos animados y juguetes. Recuerdo también, que nos intercambiábamos el desayuno siempre. Por las mañanas sabía que te acordabas de mí y le decías a tu madre que te pusiera mi zumo favorito para después dármelo. Me acuerdo que me gustabas por eso, por tu generosidad. Sabía que eras tú el de las notitas del "admirador secreto". Era tu letra, aunque me lo negaras. Era un cariño especial, inocente. Me dejabas copiar las tareas, sin yo pedírtelas. Te preocupabas por mí en cada momento. Recuerdo esos momentos muy tiernos, seguramente tú también. Que pena que después del paso de los años ya no hayan momentos así de dulces para recordar.
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