Probablemente,
no haya vivido
ni una cuarta parte
de lo que me espera.

Tampoco
he conocido
suficiente gente
para afirmar lo que diré.

Seguramente,
sea una niña que le queda
tanto por aprender
como por equivocarse.

Pero he sentido
lo suficiente
para afirmar que
eres lo más bonito que me ha pasado.

Que te cuidaré
como nunca
he cuidado a nada
ni nadie.

Y que estoy segura
que nunca más sienta
lo que me recorre el cuerpo
tras besar al primer amor.

Y ese,
eres tú, cariño.

Me llenas el alma de besos
mientras no hago más que
imaginarte cada noche.

No puedo hacer otra cosa
sino querer hacerte feliz.

Pues has puesto
por bandera,
enamorarme cada día.

Y créeme que lo consigues.

No pienso más que en
trazar líneas de norte a sur por tu espalda.
Estrechar la distancia que nos separa y
ganarle ese pulso que nos reta cada día.

Ojalá existiese más gente como tú.
El mundo sería completamente diferente.

Porque es mi mundo el que ha cambiado
desde que sueño contigo.
Desde que me desvelo por ti
y hago locuras que llevan tu nombre.

Desde que te escribo en mi futuro,
todos y cada uno de los lunares de mi cuerpo
llevan grabado tu nombre en su reverso.

Todos y cada uno de los recovecos de mi,
llevan ya un poquito de ti.